Estoy leyendo el magnífico libro de Naomi Klein "La Doctrina del Shock - El auge del capitalismo del desastre"
Este libro narra con todo lujo de detalles como desde la Segunda Guerra Mundial la gran mayoría de los países han liberalizado sus economías, en la mayoría de los casos contra la voluntad de sus ciudadanos.
Klein describe cronológicamente los diferentes casos, desde Chile o Argentina hasta Indonesia, Rusia y, cada vez más, China, en los que se han producido liberalizaciones del mercado a pesar de los deseos de la población.
La principal observación que hace la autora es que las medidas liberalizadoras son muy impopulares y suelen ser difíciles de proponer por parte de los gobiernos. Según el libro, inicialmente los gobiernos se valían de la fuerza para instaurar estas medidas liberalizadoras, pero con la evolución de las democracias, los gobiernos y las fuerzas económicas que los manejan han desarrollado otro tipo de triquiñuelas para conseguir imponerlas.
La principal táctica utilizada, nos muestra el libro, consiste en valerse de una crisis (real o simulada, natural o provocada) de cualquier tipo para proponer las medidas liberalizadoras entre las soluciones. Menciona numerosos ejemplos, pero me ha resultado especialmente sorprendente leer hoy esta noticia en El País: Zapatero impulsará hoy medidas para liberalizar la economía ante la crisis
Encaja perfectamente en el modelo presentado en el libro: una crisis que no se hizo nada por evitar (era evidente que nuestra economía dependía demasiado de la vivienda y que, tarde o temprano, la burbuja iba a estallar, constituyendo el factor principal de la crisis) y que se utiliza para tomar medidas que difícilmente ayudarán a solucionar nada, y benefician a unos pocos.
Resulta complicado creer que liberalizando más el mercado vayamos a escapar a este tipo de crisis cuando, a todas luces, la propia crisis se debe a factores causados precisamente por el liberalismo exagerado. Las hipotecas basura, la burbuja inmobiliaria e incluso el precio del petróleo son claros ejemplos de mercados demasiado desregulados que crean una crisis. Una mayor liberación parece mala solución.
Y más preocupante todavía es que sea un gobierno socialista el que proponga este tipo de medidas, que incluyen la eliminación del impuesto de patrimonio y la aceleración de las declaraciones de impacto ambiental. Parece difícil que estas propuestas encuentren suficiente oposición como para echarlas atrás, lo que nos indica la poca elección real que tenemos cada 4 años cuando votamos.
Recomiendo leer este fantástico libro para entender este tipo de maniobras y ojalá cada vez más gente sea consciente y actúe.
miércoles, 13 de agosto de 2008
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